Texto & Música - Parola & Musica

Dicción - ‘Fraseggio’

 

Ma bisogna aver dell’anima e capir la parola ed esprimerla.

Giuseppe Verdi

It’s no good just singing the music.
You have to sing the words, and sing them from your heart.

Giuseppe di Stefano

 

Con el paso del tiempo mi interés por la música ha ido centrándose más y más en el protagonismo de la palabra:
“In principio erat Verbum.”

Esa palabra, que es concepto y que es idea, ese texto, fuente de inspiración para el compositor del Lied, cobra protagonismo porque también es sonido, porque es la palabra articulada la que me guía a la frase poética y musical.

Los que me conocen, me han oído repetidamente insistir en mi preocupación por quitarle protagonismo a la voz y por hacerla desaparecer detrás de la poesía para que sea ella en alas de la música la que haga revivir en un momento único e irrepetible el espíritu del compositor.

El canto me ha brindado la posibilidad de unir esos dos mundos que han sido siempre pilares de mi vida, la literatura y la música. Es por ello que he centrado gran parte de mi actividad artística en el estudio del Lied y de la literatura que forma parte intrínseca de su esencia, ese Lied que me da raíces en mi vida errante. Así lo veía Hölderlin tras su dolorosa separación de Diotima, el canto como refugio para los que no pertenecen a ninguna parte, para los que buscan protección y cariño en un mundo muchas veces hostil.

Y siguiendo con Hölderlin, es necesario recordar las sabias palabras del filósofo Hans-Georg Gadamer (nuestro célebre vecino en Heidelberg), cuando afirma que el tema central de la estética poética de Hölderlin es encontrar el secreto de la palabra, es su secreto el que está en juego, y en la búsqueda de ese secreto, de la expresión adecuada, se encuentra el sufrimiento del poeta.

Ese secreto, encerrado en la palabra puesta en música, es para mí motivo de búsqueda, camino, solo camino, porque esa búsqueda no tiene fin, el fin es eso, la búsqueda. Por eso insisto, siempre que tengo oportunidad de hablar con jóvenes cantantes, en la importancia de la articulación, de la palabra, y en lo erróneo de dar protagonismo a la voz, ya que el sonido viene transformado y moldeado por la palabra.

En el poema hecho música tengo mi lugar de trabajo, mis raíces, mi mundo, “mein Dasein”, como lo entendía y “cantaba” Rilke (Los sonetos a Orfeo), y tal y como lo entendían primero Rückert y después Mahler, mi compositor preferido:  “Ich leb´ allein, in meinem Himmel, in meinem Lieben, in meinem Lied.”